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20150101

La verdadera historia de la prima de Riesgo

Son muchos los que han oído hablar de la prima de Riesgo pero muy pocos conocen la historia de esta chica. Riesgo era un alegre muchacho de Cortijares de la Alcayata, provincia de ningún sitio, porque el pueblo no salía ni en los mapas. Su infancia transcurrió plácidamente entre cabras y ortigas hasta que un día conoció a su prima. Era una malvada mujer que ya el primer día le robó un álbum de cromos de futbolistas, en el que sólo faltaba el cromo de Emilio Butrageño. Riesgo no lo sabía, pero ese cromo nunca se había editado. De hecho, Butrageño nunca había existido. La colección no podía ser completada y en eso se basaba justamente el negocio. Riesgo estuvo comprando tigretones hasta los 25 años sin que el 'buitre' apareciera por ningún sitio. Para poder seguir comprando tigretones, al final tuvo que cederle los derechos del álbum a su prima, la cual le prestó algunos dineros para poder seguir financiando su vicio. Su prima entonces privatizó el álbum de cromos, el cual comenzó a cotizar en el mercado secundario. Riesgo entretanto había engordado 30 kilos con tanto tigretón y tuvo que pedir dinero una vez más porque se habia enterado de que el famoso cromo también salía en los bollycaos. Todo era una chisme de su malvada prima, que le había hecho creer que si gastaba mucho en tigretones y bollycaos conseguiría por fin el maldito cromo. Pero Riesgo enfermó con tanta bollería industrial y el kioskero del pueblo comenzó a desconfiar de él. Le debía 50 tigretones del mes pasado y aún seguía pidiendo más y más. Al final tuvo que refinanciar sus tigretones privatizando las cabras, el botijo y un manojo de ortigas. Las dificultades de Riesgo eran cada vez mayores porque a causa de esas privatizaciones sólo conseguía pagar los intereses de la deuda que había contraido con su prima y con el kiosquero. Había llegado el colapso financiero. Todos los buitres de la comarca se enteraron de su penuria y se acercaron a él para que les vendiera su cuerpo a cambio de bajarle los intereses y de un bollycao caducado. ¡Y le exigían el pago en Phoskitos!

Al final, exhausto, tuvo que privatizar su alma y vendérsela a Satanás. Era lo único que le quedaba. La prima, en cambio, salía en el Hola, se había comprado un Porsche y dos casas en Marbella. Riesgo murió al cabo de pocos años y entonces fue cuando editaron el cromo de Butrageño.