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20150518

Roger Dean denuncia a James Cameron por plagio en Avatar

Roger Dean es un diseñador gráfico que en sus tiempos fue muy famoso. Diseñó portadas de discos para Yes y Osibisa, entre otros.
Su imaginación no tenía límites a la hora de plasmar las fantasías esotéricas del rock sinfónico de los años 70's.

Actualmente se dedica también a diseñar segundas residencias:
Es el Penthouse en el bosque que todos desearíamos tener...

A destacar la flipante visión de las nubes situadas bajo el ventanuco de una habitación con cama redonda. Roger ha bautizado la casa como WilloWater, una especie de cueva mimetizada en medio del musgo.

Ya hace tiempo que planteamos en este blog que Roger Dean debía denunciar a James Cameron por plagio en Avatar. Los que éramos fans de este autor desde hace más de 40 años nos preguntábamos por qué Dean no se decidía a emprender acciones legales contra esa película. La copia era tan descarada, que los que recordábamos sus portadas de discos nos llevábamos las manos a la cabeza. El post que escribí en 2010 era una indignada pataleta contra una usurpación de ideas descaradísima.

Hoy he leído que al final Roger Dean se decidió en 2013 a poner una denuncia contra James Cameron. Desgraciadamente, una vez más, la mafia de Hollywood llevó la batalla a su terreno. Abogados corporativos y un montón de dinero sobre la mesa decidieron el match. La demanda de Dean fue tumbada por un tribunal de los EEUU en septiembre de 2014.

Cuando hablamos de la mafia en cuestión, nos estamos refiriendo a un poderoso lobby. He tardado mucho tiempo en comprender el juego que siguen, pero, en esencia, la pretensión de esta gentuza no se basa sólo en garantizar los derechos de taquilla de sus truños cinematográficos. Lo que pretenden, realmente, en una estrategia dibujada a corto y medio plazo, es apropiarse de las ideas ajenas, es decir, PRIVATIZARLAS. Estos sinverguenzas ya no se conforman con tener bajo su control todos los sectores estratégicos pertenecientes a la sociedad. Quieren ir más allá. Acabarán privatizando el aire, los sueños eróticos, y hasta tu propio cerebro será de su propiedad. Es sólo cuestión de tiempo que TÚ mismo pases a ser parte de sus balances contables. 

Ay no, que ya lo eres.