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20140606

Goya y los toros

Uno de los rasgos distintivos de la tauromafia se basa en buscar el prestigio, aún a costa de ensuciar el buen nombre y reputación de grandes artistas del pasado. Necesitan e imploran esa muletilla que les saque del pozo y dé brillo a su sórdido circo, más lleno de puteros y analfabetos que de gente verdaderamente culta. De ahí su obsesión con Goya y Picasso. Ambos reflejaron el mundo de la tauromaquia de su tiempo, como una temática más de su entorno social. Pero la mente enferma de los taurinos insiste en la idea condicional de que SI Goya y Picasso pintaron escenas taurinas, eso convierte automáticamente los toros en "arte". Es un silogismo del género imbécil, pero sabido es que a las plazas de toros jamás llegaron otras luces que las lentejuelas que adornan el traje de todas esas lagarteranas misóginas. Antonio Burgos, ganador del archiconocido Premio de Periodismo Taurino "Baltasar Laín", en una entrevista en ABC, nos obsequió con una falacia que sin duda pasará por el ano de la Historia:

"Cuando en el bando antitaurino haya un Picasso, un Lorca y un Goya, entonces podremos hablar en igualdad de condiciones".

Según una definición académica, Francisco de Goya es un pintor reseñable, no por realizar aguafuertes sobre toros, sino por su espíritu polifacético en pinturas, dibujos y grabados. Y sobre todo, por ser un gran retratista, en obras de temática religiosa o de sátira social y política. Considerado técnicamente impecable, su pintura es el fiel reflejo de su época. Toca en ella miles de temáticas.

Vamos a echarle un vistazo a varias de sus obras:

LA MAJA DESNUDA
Destaca especialmente por la luminosidad con la que Goya impregna el cuerpo femenino, en contraste con la oscuridad circundante. ¿Quiere decir eso que la "maja" es arte en sí misma? No. Tiene unas facciones poco agraciadas, el cabello alborotado y cardado, el cuerpo demasiado largo, los pechos demasiado distanciados del centro del tronco y apunta hacia una futura obesidad. El cuadro es casi perfecto, pero ella no lo es.


LOS FUSILAMIENTOS DEL 3 DE MAYO
Cuadro en el que Goya se acerca a la Escuela Tenebrista y con el que abre una tradición poco arraigada en España, como es la del retrato de episodios de la historia reciente del país. La pintura está considerada todo un ejemplo de distribución de los elementos, cargada de simbolismos, al margen de ser todo un testimonio de los horrores de la guerra. ¿Supone eso que un fusilamiento es una obra de arte? No, supone sólo que el cuadro es admirable en su composición y dramatismo, pero el hecho que refleja no lo es.

CANÍBALES
Pintura en la que Goya se convierte casi en un precursor del impresionismo. La técnica es original por el trazo abocetado, las figuras difusas y el protagonismo de las formas. Goya se hace eco de los horrores que la guerra ha creado en su ánimo y atraviesa una época tenebrosa. Pinta escenas en cuevas, manicomios, hospicios, sótanos y todo tipo de lugares inhóspitos. No es de extrañar que hiciera lo mismo en los tendidos taurinos, lugares asimismo "inhóspitos", donde la más mínima señal de humanidad brilla por su ausencia. ¿Supone eso que el canibalismo es una obra de arte? No, el cuadro es un ejemplo de innovación pictórica; en cambio, el ejemplo que refleja es inhumano y deplorable.

SATURNO DEVORANDO A SU HIJO
El pintor sigue mostrando su faceta más tenebrosa en este óleo sobre revoco, pasado con posterioridad a lienzo. En un acercamiento a la mitología greco-romana, Goya hace uso de un sinnúmero de simbolismos, muy apreciados por los críticos especializados. Al margen está la originalidad bestial de esta pintura, que se podría acercar incluso al cómic. ¿Supone eso que devorar a los hijos es una obra de arte? No, el cuadro es perfecto, pero la imagen que transmite no es admirable.
La pregunta es: ¿por qué siguen insistiendo en mencionar a Goya como  paradigma del supuesto "arte taurino". Páginas como Portal Taurino reconocían en 2009 que: "Quien piense que Goya era un gran aficionado a los toros está muy equivocado. Y así lo demuestra la exposición "Visión crítica de una fiesta" que se inauguró ayer en el Museo del Prado y que ofrece la mirada antitaurina y la enorme crítica a la fiesta nacional que realiza el pintor aragonés en la Tauromaquia".

Es absurdo que sigan usando a Goya como escudo humano. La tauromaquia no es más que el sanctasantórum de la flatulencia. Es una abdicación plagada de simbolismos grotescos:
El Abdicado en Las Ventas, esta mañana. El único sitio en España donde sabe que le van a aplaudir es un matadero... Qué lástima que Goya no esté para pintar esta decimonónica "obra de arte".