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20110131

"Que cobren los parados, no los vagos" [Felipe González, 1992]

Quien crea que el afan del P"SO"E por recortar derechos sociales viene de ahora está muy equivocado. Fiel y diligente gestor del capitalismo carroñero, el partido "socialista" ya incluía en 1992 propuestas para todo tipo de recortes en cuanto a prestaciones, jubilaciones, desempleo, etc. Digamos que la vieja aspiración del neoliberfascismo ha tardado veinte años en materializarse, pero como se verá en estos comics de 1993, el programa del P"SO"E ya incluía TODO lo que hoy han conseguido por fin. Bueno, todo no, porque en 1992 nadie se podía imaginar la privatización de las loterías, ni la de AENA, ni que las cajas de ahorros se verían obligadas a "bancarizarse".

Lo de estos muchachos/as del P"SO"E era una estrategia de largo alcance. Es decir, buscaban consolidarse como una nueva casta social, apoderándose de los mecanismos del Estado. Desde allí se concentrarían en perpetuar sus posiciones de dominio y su status, mientras a la plebe la intoxicaban con palabrería barata "de izquierdas".
"No, digamos no, nosotros no somos de "jamón"

Es irónico pensar que a finales de los años 60 los por aquel entonces jóvenes militantes del P"SO"E fueran al famoso concierto de Raimón en la Complutense, cosa de la que "fardarían" hasta el hartazgo. Acordonados por los grises, corearon los supertemazos supercontestatarios junto con un musculoso trotskista, hoy en día en paradero desconocido o presidiendo algún consejo de administración. Como ninguno de ellos entendía demasiado bien el "valenciano", malinterpretaron la última frase de la canción, lo que fue motivo de no pocos desastres.

En 1982 consiguen por fin su propósito de llegar al Poder y comienzan los primeros servicios al Capitalismo Buitril, en aquel momento disfrazado de "convergencia con Europa". Los primeros 80 son años de gran índice de paro. Toda la juventud malvivía en las calles y cohabitaba con sus papás. Los "socialistas" provocaron entonces uno de los chistes más celebrados de la época diciendo que iban a crear "ochocientos mil" puestos de trabajo. "Ochocientos o mil", se apresuraron a declarar. Si, porque ellos no estaban allí para buscar la prosperidad del ciudadano, sino para cumplir los dictados de la OCDE, el FMI, el BM, la NBA, la CEE y la USA. El primero de ellos, desmontar el sector industrial dependiente del Estado. Más paro.

Al final consiguieron el tan anhelado ingreso en la Unión Europea y comenzaron a entrar los marcos alemanes, lo que dio para unos cuantos programas de formación para parados de larga duración y la creación de cuatro empleos. Eso duró unos añitos -pocos- hasta que una nueva exigencia de la UE, etc, obligó a nuevos ajustes. El tratado de Marras en 1991 consistía en que todos los países de la Unión debían adecuar sus estructuras financieras y monetarias a una nueva realidad: el euro. ¿Qué suponía eso? Pues sencillo: que a finales de 1991 miles de españoles se preparaban para regresar a su bar favorito: el INEM.
"No, digamos NO, nosotros no somos de jamón, nosotros somos de caviar"

Después de un año triunfal de Olimpiadas y Expo's comenzaron a llegar las malas noticias. No había día en que no salieran Felipe o Solchaga a soltar algún vituperio a los medios de comunicación. La palabra de moda, como hoy en día, era RECORTES!!
Todo lo que estamos oyendo en estos días se repetía de forma constante, en un ambiente de turbulencias financieras. Lo primero que recortaron fueron los subsidios de desempleo. Se pasó de seis meses de paro por año cotizado a cuatro meses de paro por año cotizado. El chulesco ministro de Economía, Carlos Solchaga, salió en los medios de comunicación diciendo "hay que diferenciar lo que es un parado de lo que es un vago", cosa que remarcó también el Líder, cuando en un mitin "socialista" dijo: "Qué cobren los parados; los vagos, no". (Enlace La Vanguardia 9 de noviembre de 1992)
Todos los conceptos recortables que se barajan actualmente salieron a la luz. Se acabaron los medicamentos gratuitos en una Sanidad que podía ser de copago. Los años de jubilación se tenían que dilatar si se quería cobrar una pensión digna. Los contratos se iban a redactar en papel higiénico para ahorrar papel. Etc.
Los jubilados verían reducidos sus ingresos en aquellos años. 30 días de vacaciones anuales repercutían negativamente en la productividad de "nuestras" empresas. Sólo se oía hablar de productividad, competitividad y rentabilidad, las palabras preferidas del Nuevo Orden Mundial. Los "socialistas" daban el primer paso para desmontar un Estado del Bienestar que en España nunca ha existido en su totalidad. Se cumplían las premisas básicas del neoliberfascismo, única ideología reinante tras el colapso de la antigua URSS en 1990. Yo lo vi claro: no es que la Unión Soviética y el Comunismo fueran ninguna panacea. Pero con la desaparición del bloque socialista el mundo quedaba desequilibrado ideológicamente. Ya no había contrapeso que diera equilibrio a la balanza. Dejar solos a los neoliberfascistas para practicar su Ley de la Selva iba a traer nefastas consecuencias.
En definitiva, esta España en la que vivimos tiene una dinámica bipartidista nefasta. Partido sólo hay uno: el PPSOE. La estrategia del P"SO"E se basa en arrancar confesiones amenazando con la presencia del policía malo. Hay que tener en cuenta que la reconversión industrial o el recorte de los subsidios de desempleo no los puede llevar a cabo el PP sin crear un clima de tensión social exacerbado, aunque luego los populares no desmontan todo "lo bueno" que los sociatas han hecho anteriormente. Los "socialistas" están para eso, para limpiar el patio. El P"SO"E tiene más mano con los obreretes, a los que siempre puede explicar alguna milonga "socialista" para calmar los ánimos.

Este artículo va dedicado a ese otro chulillo, llamado Pepiño Blanco. Ayer puse un momento la tele y estaba en un mitin diciendo que "se siente orgulloso de José Luis Rodriguez Zapatero" y que "se siente orgulloso de su coraje". ¿Coraje? JAJAJAJAJAJAJA!!! Pero si el muy cagueta se ha bajado los pantalones ante "los mercados" a la primera oportunidad que ha tenido, dejando este país en plan liquidación de restos de serie. Ya no queda nada más que privatizar, a menos que nos quieran privatizar a todos los españoles como mano de obra barata, cosa que ya está comenzando a ser una realidad.

Ilustraciones: Xavi Rull